El día 31 de octubre los niños de mi clase decidimos salir a
pedir golosinas por el barrio. Cuando se hizo de noche fuimos a tocando timbre
por todas las casas del barrio, cuando
creíamos que habíamos terminado un compañero dijo que nos faltaba una casa, la
más terrorífica, fuimos los veinticuatro
y cuando pegamos a la puerta nos abrieron y entramos todos, de repente se
cerraron las puertas, fuimos hacia dentro y nos separamos en dos grupos de doce personas.
Quedamos que un grupo miraba arriba y los demás abajo. Yo era del grupo de
arriba, registramos las habitaciones en grupos más pequeños preguntando si
había alguien o buscando caramelos que llevarnos. Al final no encontramos a
nadie y decidimos volver a la puerta principal. Cuando llegamos a la entrada
los de mi grupo nos dimos cuenta de que faltaban compañeros, contamos y solo éramos
seis personas.
Esperamos durante un buen rato a los compañeros de abajo
pero no volvían. Los de arriba cogimos las linternas y buscamos por abajo, escuchamos un ruido seguimos hacia
delante y vimos una puerta entornada,
había una escalera que bajaba al sótano, bajamos y encontramos a los doce niños
desaparecidos pero inconscientes se
empezaron a despertar uno por uno, le
preguntamos a los niños que había
pasado, pero no se acordaban de nada.
Les ayudamos y cuando lograron ponerse en pie nos fuimos todos a la puerta de
entrada. Al intentar salir nos dimos cuenta de que nos habían encerrado y
comenzamos a pedir auxilio. Por suerte unos vecinos que alcanzaron a escuchar
nuestros gritos acudieron a ayudarnos y logramos salir de la casa encantada.
Desde aquel día no hemos vuelto a pasar por allí, fue tan grande el susto que
nos dimos que no fuimos mas a pedir caramelos a esa casa. Desde aquel día la
llamamos la casa encantada.
FIN
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